Ironía, la cultura y la barbarie

Capsulita: El cartero Ferdinand Cheval aprovechó, durante 33 años, su ruta postal para recoger piedras, llevarlas a casa, y usarlas para edificar el castillo de sus sueños: el ‘Palacio Ideal’.
Mi padrino Juan lo admiraba, tanto así, que a su memoria dedicó un mosaico en su castillo de sus sueños: la Casa de Av. San Jerónimo 162.

«A la memoria de Ferdinand Cheval olvidado dedico»
Este mosaico, en el patio de la casa de Av. San Jerónimo, es uno de los muy contados sobrevivientes a la destrucción de la Casa.
La foto es mía, tomada el 12 de septiembre de 2014.

Pero, vean la ironía: Justo fue en 1969 —año de la destrucción de la casa polícroma y fantástica de mi padrino Juan— cuando Andre Malraux, en su calidad de ministro de cultura, declaró al castillo de Cheval Patrimonio de la Humanidad, y aseguró su conservación.

El «Palacio Ideal» en Hauterives, Francia (hoy día).
Detalle de las balaustradas en el castillo de los sueños de mi padrino Juan, en Av. San Jerónimo, Ciudad de México (fecha aproximada de la foto: 1962)

Nota: para más datos y bellas imágenes —protegidas— pulsar aquí: https://www.francebleu.fr/infos/culture-loisirs/le-palais-ideal-du-facteur-cheval-fete-les-50-ans-de-son-classement-aux-monuments-historiques-1568914063?fbclid=IwAR1-dmYCvTP2fXkmfMDmFhyfDM3SlcfPrHskVBgFIVPs7XbJa1j1nOKqSYY